Buscamos una posición cómoda, cerramos los ojos, hacemos una respiración profunda y nos centramos en nuestra respiración. Respiramos profundamente, llevando el aire a la zona del esternón tratando de ampliar el pecho.
Te centras solo en el movimiento de la respiración, en como sube y baja el pecho cada vez que tomas y expulsas el aire. Y vas buscando un ritmo de respiración que te permita respirar profunda y tranquilamente.
Y desde ahí, desde esa posición cómoda, tranquila y segura para ti, te vas atrás, atrás, atrás en el tiempo y dejas que emerjan las imágenes. Dejas que emerjan aquellas imágenes más antiguas en las que están en relación con tu familia.
Date cuenta de cuántos años tienes en esa imagen.
Quiénes están presentes
Qué personas son las más importantes
Qué tipo de relación tienen entre ellos
Cómo se relacionan contigo
Qué lugar ocupa cada uno
Qué mensajes son los que transmiten y de qué forma lo hacen
Qué lugar ocupas tú
Con qué personas se asocia a cada uno de los miembros (quién se parece a quién y quiénes tienen una vida similar)
Obsérvalo todo como si lo vieras desde fuera, como si fuera una película, date cuenta de todo lo que ocurre entre unos y otros.
Observa sus tristezas, sus alegrías, sus temores. Date cuenta, como intuitivamente, sabes identificar cuáles son las preocupaciones de cada uno de ellos. No descartes nada, solo observa lo que ocurre y estate atento a cómo te sientes tú frente a toda esa situación.
Date cuenta también de cuanta información posees de cuenta información tienes, cuanto sabes de como se relacionan los miembros de tu familia.
Y ahora ya…. Poco a poco, vas volviendo a la sala, vas conectando con el espacio, con los sonidos de la sala, con la temperatura, con el ambiente. Poco a poco te vas desperezando, respirando profundamente y abriendo ojos.
Anotas en tu libreta las cosas más importantes de las que te has dado cuenta.
Y vamos a pasar a construcción de vuestro propio genograma.