Taller de Genograma

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Todos pertenecemos a una familia, a una cultura, a un territorio que cuenta con su propia historia. La gran mayoría del repertorio de nuestras conductas y formas de relación están condicionadas por los hechos que sucedieron y que nos llegaron en forma de historias, de mitos, que determinan nuestros comportamientos, independientemente de que sea o no la verdad objetiva.


Es así como de forma inconsciente asumimos ciertos roles para vengar, paliar, imitar o vencer, con el deseo último de restaurar el equilibrio del sistema familiar, estos hechos que quedaron sin reparación y desde entonces han sido la asignatura pendiente pasando de una generación a la siguiente.

Esta máxima se cumple en todas las familias se tenga o no conciencia de ello y se necesite o no la intervención terapéutica. No en todas las familias se muestran síntomas de forma que les impulse a solicitar esta intervención.

Estemos o no de acuerdo es un hecho inevitable que estamos conformados en nuestra identidad, junto a nuestras experiencias más individuales, por todo aquello que ha ocurrido en nuestras familias. Desde que nacemos, e incluso antes, empezamos a sentir, percibir, formarnos, construirnos, en función de aquellos mensajes verbales o no verbales explícitos o implícitos que recibimos dentro del seno familiar y los cuales adoptamos como valores y creencias propias más profundas sólidamente arraigadas mediante la lealtad, inherente al ser humano, que profesamos a nuestro clan.

Genograma: Definición y conceptos básicos

Es la realización de un árbol genealógico que, conteniendo información del sistema familiar, permite establecer la relación entre un síntoma presentado y los patrones familiares o los hechos históricos acaecidos en el mismo en el sistema. Abarca al menos tres generaciones.

Su utilidad reside en la precisión y rapidez del diagnóstico que se establece desde el principio en un mapa muy claro. Si el conflicto que genera los síntomas objeto de la demanda terapéutica, tiene relación con algún hecho histórico significativo, el genograma revelará esta relación así como su transmisión a lo largo del tiempo y de una generación a otra.

Para la construcción del genograma se empleará, al menos una sesión de trabajo y se tendrán en cuenta, como mínimo, los siguientes hechos históricos significativos:
– Los hijos nacidos muertos o alrededor del nacimiento que con frecuencia son excluidos del sistema.
– Abortos.
– Ruinas económicas.
– Muertes traumáticas (por accidentes o por enfermedad en personas jóvenes o niños)
– Hechos de guerra (fusilamientos, encarcelamientos, exilios, participación en el frente, denuncias…)
– Separaciones, divorcios y segundas nupcias.
– Hijos fuera del matrimonio.
– Abusos sexuales o físicos e incestos.
– Asesinatos (padecidos por la familia o perpetrado por algún miembro de la familia)
– Conflictos por herencias
– Las adopciones (En la gran mayoría de los casos donde se ha dado un conflicto con hijos adoptados, tiene que ver con el “olvido” por parte de la familia adoptiva de la importancia y la presencia de la familia biológica o de origen del hijo tomado en adopción. En la construcción del genograma deben figurar los padres biológicos, de lo contrario el propio terapeuta ya estaría haciendo lo mismo que la familia que presenta el conflicto con el hijo adoptivo, es decir, “olvidando” a la familia biológica, imprescindible para resolver el conflicto que se presente.
– Las parejas significativas de algunos de los miembros de cualquiera de los matrimonios
– Los amantes, en principio, cuando se tiene conocimiento explícito de ello.

Como datos considerados imprescindibles se deben contemplar hasta los abuelos. Si se tiene información de los bisabuelos son también de mucha utilidad, en la gran mayoría de los casos encierran algún dato importante que genera una comportamiento en los abuelos y en los padres.

El genograma “per se” no es una forma de terapia sino el trabajo de comprensión de cómo nos hemos ido configurando.

La construcción del genograma

Utilizamos un símbolo cuadrado para los hombres y un círculo para las mujeres, un triángulo invertido para los abortos, guiones transversales en caso de separación, líneas diagonales para resaltar una unión muy fuerte entre dos miembros. Aspas o cruces para señalar a las personas fallecidas.

Ejemplo de Genograma

Arriba a la izquierda la familia paterna, los abuelos con sus cuatro hijos, la línea que se alarga es el padre de la segunda generación. Arriba a la izquierda familia materna con sus dos hijos, en este caso la línea que se alarga es la hija mayor que sería la madre de la familia que se crea en la segunda generación.

Análisis e Intervención

Una vez se dibuja el genograma y se identifican los hechos históricos que se dan en una generación y se repiten en las siguientes y que están relación con el síntoma objeto de la demanda terapéutica, se interviene terapéuticamente para desactivar los focos emocionales que mantienen el síntoma.

La intervención desde el Modelo Clínico Integrado (MCI) se hará teniendo siempre en cuenta los aspectos siguientes:
El trabajo corporal (a través de técnicas procedentes de bioenergética o respiración holotrópica)
La identificación y elaboración de las emociones bloqueadas como consecuencia de experiencias traumáticas no resueltas (se da mucha importancia y espacio a la expresión de éstas) Especial importancia a los duelos por las consecuencias que tienen en la siguientes generaciones.
– Los patrones de relación que establecemos contemplando la circularidad o bidireccionalidad de éstos, esto es, el análisis de la relaciones teniendo en cuenta todas las posturas para una mejor comprensión de lo que subyace en un conflicto, que no siempre es lo más visible.

El MCI tiene como base principal de su cuerpo teórico el enfoque sistémico – relacional. La consideración del individuo y de la sintomatología presentada en función de las relaciones que mantiene y del lugar que ocupa dentro de su sistema familiar y con su entorno más cercano.

La contemplación de la dimensión transgeneracional, es la que permite un diagnóstico más certero y la posibilidad de intervenir de manera más eficaz y más directamente sobre el núcleo del conflicto presentado.

Utilización del genograma

Siempre que una persona plantea el deseo de modificar una conducta o patrón de relación que no se sabe manejar por mucho que a nivel racional y lógico lo haya intentado.

Por ejemplo, una persona que “siempre” establezca relaciones triangulares, que “siempre” acaben mal en las relaciones laborales, que “siempre” estén aquejadas de algún malestar físico, o cualquier otra conducta que se repita y que suponga malestar y sufrimiento.

Con la construcción del genograma vemos cómo la conducta que la persona repite y que le angustia, que no puede, por mucho que lo intente, modificar, tiene su raíz en un hecho histórico e importante ocurrido en su sistema familiar y que tuvo consecuencias consideradas injustas para algún miembro de éste o para todo el sistema.

Presentación de casos y demostración de intervención

– Relaciones triangulares (El caso de Andrea)
– Tendencia a la ruina (El caso de Guillermo)
– Hechos de guerra
– Adopciones

Trabajo con el genograma de los participantes

– Visualización dirigida a la toma de contacto con el propio sistema familiar
– Construcción del genograma
– Intervención y resolución de núcleos conflictivos.

Bibliografía básica relacionada

– Lealtades invisibles. Iván Boszormenyi Nagy
– Felicidad dual. Bert Hellinger y su psicoterapia sistmémica. Gunthard Weber
– Teoría de la Comunicación Humana. Paul Watzlawick

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